Era fría, callada, lejana, poco constante.
Le gustaba estar sola, bañarse en profundos silencios y ahogarse en pensamientos.
Le gustaba querer, pero querer a su manera.
Le gustaba sentir, pero temía un tacto ajeno.
Le gustaba llenar espacios aunque se sentía vacía.
Le gustaba encontrar nuevas preguntas antes de hallar
respuestas y le gustaba besar con sabor a muerte.
Le gustaba saber que tenia el poder en sus manos, en su
mente.
Le gustaba callar, ser distante y efímera.