Y vaya problema, no sentir pena de horas y horas recostada en su pecho contándole las cicatrices del cuerpo y a la vez estar aterrada de notar que con cada una de ellas le amaba un poquito mas, un "cachito", como esos de cielo que me gustan regalarle cada noche y detrás de los cuales me oculto cuando me pregunta si la próxima noche le daré también las estrellas y pienso que quizá en unos años decida regalarle el cielo entero.
-Inspirada en "LLuvia" (Paula Hernandez)
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